Cansada de revolotear junto a puertos con olor a brisa rancia y con los bríos que proporciona el ansia de vuelo a tierra, la gaviota, alentada por por el aroma de solanos polvorientos sin olor a nada y con el pico abierto graznando a izquierda y derecha, sin pudor y sin recelo se asienta "reinona" sobre capullos rojos que se tiñen de oscuro con las sombras de la tarde.
Empiezan a no gustarme las flores que, lejos de renovarse con la luz de cada mañana, persisten en sus hálitos estáticos. No quiero flores de jardín amaestrado, prefiero margaritas silvestres, aunque se deshojen a cada instante con la esperanza de obtener un SÍ con el último pétalo.
Niño, que bien escribes!!
ResponderEliminarGracias. Es un halago útil. Gracias
ResponderEliminarMuy bueno Papa, eso sale de dentro???me asombras. Que orgullo de padre.
ResponderEliminarUn besito.JFL
Que bien has descrito el panorama nacional y lo q ha sucedido,a las rosas le habian slido demasiadas espinasy pinchaban.Las gaviotas se aprovechan del mar revuelto para comer pescado.las muy cucas .Te envidio. UN ABRAZO . DPM
ResponderEliminarLas gaviotas son como las palomas, de vuelo magestuoso pero de costumbres dañinas.
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