Con el atuendo propio de otras décadas (mías por supuesto) y a una hora temprana, me encontraba en los aledaños del Estadio Olímpico sevillano, 30 de septiembre, día después de la HUELGA GENERAL. Los tufos y sonidos anticipaban una noche de concierto, al ponerse el sol tras las siluetas de los restos de lo que un día fue la "expo" universal. Yo estaba allí.
A eso de las 10, tal vez fuera más temprano,(no era el reloj lo que más me atraía en esos momentos) el griterío se hizo estruendoso antes de los tres primeros paso de la banda camino del grandioso altar, coronado por un sin fin de sincronizadas luces, envueltas por sonido, voces y fumata blanca. Todo dispuesto para el ceremonial comienzo de U2. Yo estaba allí.
Dos vibrantes horas en las que se mezclaba lo más profano con lo más sublime hasta homogeneizar un ardoroso ambiente que llegó a un elevado explendor con los primeros compases de "City of Blinding lights" y nos sumió en el momento más íntimo (al menos a mí) con "Whith or without you". Yo estaba allí.
Yo no estaba ayí en cuerpo ,pero sí en mente y alma.Una oche especial en la que mis hijos y mi maridito disfrutaron de lo lindo.
ResponderEliminarM Santi
Yo si estaba alli, disfrutando de la compañia de mi padre. Me vinieron muchos recuerdos de la infancia, mi padre y yo disfrutando de un espectaculo, como si me hubiera llevado al circo de la mano. Cuando lo miraba y le veia disfrutar, mas disfrutaba yo.
ResponderEliminarJesús.
Vaya conciertazo!!! qué envidia!!
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