martes, 25 de enero de 2011

¿QUIÉN DIJO MIEDO?

Cualquier situación es suceptible de mejorar y a la evidencia me remito. Mis hijos han decidido hacerme abuelo este año en el que ya se vislumbra la salida de la crisis. 2011 va a ser memorable en mi familia, aunque seres extrafamiliares estén empeñados y empeñadas en alejar de mi horizonte el día de la jubilación; a pesar de ello, será un año fértil, digno de ser anotado en cualquier biografía. La saga de los "fernández" no sufre merma.
Pronto volveré a recurrir a mis artes de chiquillero, rebuscaré en lo más profundo de mi memoria los mejores cuentos, las mejoras historias y, si el lumbago no me lo impide, volveré a revolcarme por los limpios suelos en mil  y pico piruetas. Estoy preparado. ¿Quién dijo miedo?

domingo, 16 de enero de 2011

A veces hay que rectificar

Escuchando los gritos de los jóvenes rebeldes tunecinos, ya no me parecen tan rebeldes. Se libran de un dictador, pero al grito de ¡Alá es grande! Así es difícil avanzar.

sábado, 15 de enero de 2011

Hoy el mundo ha avanzado un poco.

Que los jóvenes de Túnez hayan conseguido la huída de un dictador, que los soldados apunten sus fusiles al cielo, que la policía se emocione y llore, que diez millones de personas estén más cerca de la libertad, a pesar del coste humano que ha tenido, supone un paso hacia adelente en contra del despotismo, nepotismo, fanatismo,  intregrismo y otros muchos ismos que acorralan, acobardan, amordazan, amaestran y castran al ser humano.
Tenemos un motivo para dormir algo más optimistas.

UNO DE TRES- Enigma resuelto-

Antes de haceros partícipes de algo que me me venía intrigando, quiero disculparme por este paréntesis bloguero. Ya conocéis mi entusiamo por la navidad y sus entresijos, aunque he de admitir que a pesar del "feliz navidad", son días de vacaciones y de holganza, que no holgazanería.
Bueno, mi estado de buena esperanza  abuelo por partida triple va como el navío del pirata de Espronceda, "viento en popa" (los navegantes saben que el mejor viento es el de babor o estribor) y algunos horizontes se van depejando. Hoy he sabido que uno de mis nietos se llamará Rafael como su abuelo. No puedo decir que lo quiera más o menos por ello, pero convendréis conmigo en que cuando vaya con él de la mano por algún concurrido lugar y alguien conocido, después de admitir que es guapo el chaval, le pregunte:
- ¿Cómo te llamas? - y él responda
-Pues Rafael, como mi abuelo.

Me quedará un regustillo que no sé como explicaros.

Uno de tres, enigma resuelto, ahora quedan dos, o quizás algún otro, ¿quién sabe?
Hoy dormiré un poco más satisfecho.