martes, 26 de abril de 2011

Desde la altura

Me gusta echar una mirada a Jaén desde la altura de vez en cuando. Hoy con mi perro y el libro de turno he subido a la cruz. Brillaba un sol propio de la época y tan sólo unas blancas y definidas nubes coronaban la ciudad. Cada vez que subo allí descubro algo que antes no me había llamado la atención. Con el silencio que otorga la altura leía sosegado las páginas de "Inés y la alegría" de Almudena Grandes, concretamente el momento en que Inés trata de explicar a su Galán los horrores vividos en las cárceles franquistas de la posguerra, las represalias sufridas por quienes quedaron en manos del odio de los vencedores, cuando  levanto la vista y me atrae un linea recta imaginaria que recorre Jaén de sur a norte que, partiendo del antiguo Seminario, pasa por la catedral y llega justo a la esquina de nuestra casa. Esto no tiene ningún interés para quienes podáis leer esta entrada, para mí algo más, aunque tampoco voy a hacer una confesión intima.

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